Alrededor del medio día del jueves, un grupo de oficiales de la Policía Preventiva cruzaba el municipio de Escuinapa (Sinaloa) como parte de un operativo.
La región está ubicada al sur de Sinaloa, una de las zonas víctimas de la guerra interna del cártel dirigido por Ismael el Mayo Zambada y Los Chapitos, hijos de Joaquín el Chapo Guzmán. Ahí, en una carretera rural fueron emboscados los oficiales.
A través de un audio difundido en redes sociales se escucha a un agente pidiendo ayuda desesperadamente por la radio “¡Esto es para que se mueva toda la gente, toda la pinche gente!”. Unos segundos después, desde una caseta de vigilancia se trató de contactar a los oficiales pero no hubo respuesta. De acuerdo con las autoridades estatales, el choque dejó un policía y dos presuntos pistoleros heridos.
Esta mañana, el secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, Cristóbal Castañeda, informó que los recorridos de seguridad en distintas zonas de Escuinapa que iniciaron la tarde del ataque, continuarán hasta este viernes.
En los sobrevuelos realizados horas después del choque entre policías y sicarios, la SSP informó que dos camionetas, que habrían participado, fueron decomisadas. Ambas unidades son blindadas y una de ellas está artillada; ya fueron asegurados por autoridades federales y estatales junto con un arma corta y cargadores.
Escuinapa, uno de los municipios que conforma el estado de Sinaloa, se encuentra carente de policías. Para dar cobertura a la seguridad, las autoridades se han apoyado de la Guardia Nacional.
La región, al igual que otros sitios de Sinaloa, se ha visto envuelta por la guerra interna en el Cártel de Sinaloa, liderado por Ismael el Mayo Zambada y los hijos de Joaquín el Chapo Guzmán conocidos como Los Chapitos.
La zona norte de Culiacán es desde hace años un sitio impenetrable. Desde que se frustró la detención de Ovidio Guzmán López —uno de los hijos del Chapo y heredero del Cártel de Sinaloa—, el mapa criminal de Sinaloa cambió. Los hechos del 17 de octubre de 2019 arrojaron nuevos elementos en la configuración de las redes criminales locales, pues las fuerzas de Los Chapitos entraron en conflicto con las que protegen a las estructuras de Zambada García, el Mayo.
Mucho se preguntó en todos los círculos si el Mayo había participado en los hechos de ese día. Y sobraron medios y analistas que aseguraron que en realidad quien había orquestado la operación para liberar al hijo del Chapo Guzmán, había sido el también llamado Señor del sombrero.
Y no. Según el semanario Río Doce, Zambada no solo no dirigió la operación; tampoco la apoyó. Eso se conoció a través de audios que circularon y en donde operadores de Los Chapitos les reclaman a operadores del Mayo que no le estuvieran entrando “a los chingazos”.
Badiraguato, un pueblo pintoresco y agrícola de difícil acceso en los límites del Triángulo Dorado, región comprendida entre los estados de Chihuahua, Sinaloa y Durango, ha sido cuna de algunos de lo más notorios -y exitosos- traficantes de drogas:
El Chapo Guzmán Loera, de 63 años, y sus aliados del Cártel de Sinaloa, Rafael Caro Quintero, Ismael Zambada y Juan José Esparragoza, alias el Azul, los tres entrados en los setenta.
El pueblo, que se extiende hasta escarpadas laderas donde las condiciones pueden ser muy básicas, tiene poco más de 32 mil habitantes de los cuales oficialmente el 75% vive en la pobreza.
Sin embargo, esto no lo exenta de tener dispersar algunas señales de riqueza como grandes casas con portones, autos nuevos y un parque recreativo gratuito construido a la orilla de un río.