Agentes federales y de la policía local detuvieron a cuatro supuestos integrantes del crimen organizado en dos hechos distintos en Encarnación de Díaz, Jalisco, pero al reunirlos en prisión, se agredieron verbalmente y amenazaron de muerte.
De acuerdo con los reportes, militares, elementos policiales y de la Fiscalía de Jalisco patrullaban en la comunidad de Santa Bárbara, alrededor de las 14:30 horas de este 23 de junio. Al llegar hasta un campo de fútbol en la calle Emiliano Zapata observaron a dos sujetos que portaban armas de fuego.
Los uniformados se detuvieron y finalmente aseguraron a los sujetos identificados como Martín “N” y Joaquín “N”, de 30 y 22 años. Ambos estaban en posesión un arma de fuego corta, un rifle y 11 cartuchos útiles. Ellos dijeron pertenecer al Cártel de Sinaloa y fueron enviados a las instalaciones ministeriales en Encamación de Díaz.
Un par de horas más tarde, en el mismo municipio, agentes estatales detuvieron a Leonardo “N” y Luis David “N”, quienes llevaban consigo dos fusiles de asalto AK-47, comúnmente conocidos como “cuerno de chivo”.
Estos sospechosos se encontraban a bordo de una camioneta tipo pick up, la cual coincidía con previos reportes porque era utilizada para cometer robos con violencia en la zona.
Al notar la presencia policial encendieron la marcha e intentaron escapar, pero, una patrulla les cerró el paso al chocar con ellos. Los hombres declararon su pertenencia a una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación y también fueron puestos a disponibilidad de las autoridades ministeriales.
Sin embargo, al verse encerrados en las mismas instalaciones, los presuntos operadores de Nemesio Oseguera Cervantes como de Ismael Zambada García, el Mayo, se reconocieron como rivales y empezaron a insultarse. Incluso, amagaron con que los de un bando asesinarían a los del otro grupo ahí, mientras estaban tras las rejas.
De inmediato, los agentes intervinieron para separar a los detenidos y ubicarlos en celdas diferentes con el fin de evitar un conflicto mayor.
Actualmente, el CJNG como el Cártel de Sinaloa son las organizaciones más peligrosas y de mayor poderío en México. Ambos grupos del crimen transnacional trafican cantidades industriales de droga a Estados Unidos, Sudamérica, Europa y otras zonas continentales.
De acuerdo con reportes de la Administración del Control de Drogas (DEA), el CJNG opera en 23 de 32 estados. Si bien, no significa que en todos ellos fabrican o reciben cargamentos de droga, esto indica que su estructura empresarial abarca la mayor parte del país, pues también utilizan métodos para el lavado de dinero. El CDS estaría en 15 entidades.
Para el gobierno de Estados Unidos, los cárteles mexicanos son el principal proveedor de drogas y no hay grupos transnacionales que les hagan frente en el trasiego de fentanilo, metanfetamina, cocaína y heroína a través de su frontera suroeste.
Asociadas con pandillas locales, las facciones distribuyen en todo EEUU, además, se han modernizado para enviar y vender su producto, pero sobre todo, no se detendrán ante nada ya sea que recurran a la violencia o intimidación.
Las pandillas estadounidenses se involucran y expanden las operaciones de los cárteles, así como la actividad violenta que acompaña esta dinámica ilegal. Pues sus principales intereses son las ganancias y seguirán adaptándose para producir, traficar y lavar el dinero de la venta de estas sustancias.
Ambos grupos mantienen una guerra sangrienta en estados como Zacatecas, Baja California, Chihuahua, Durango, Nayarit y Colima.
La DEA ofrece una recompensa de hasta 10 millones de dólares por Oseguera Cervantes, el Mencho, jefe y fundador del CJNG. Mientras que por el máximo cabecilla del Cártel de Sinaloa, el Mayo Zambada, la dependencia ha indicado una remuneración de cinco millones de dólares. Por su parte, las autoridades mexicanas retribuirán hasta con 30 millones de pesos para quien aporte información de cada uno que permita arrestarlos.